jueves, 10 de abril de 2008

Viendo los toros desde la barrera

El autor de este comentario, Alan D. Becker, es un gerente de ventas para The Charlotte Observer. Anteriormente, trabajó como gerente de ventas en el semanal local La Noticia y como director del semanal Qué Pasa. También ha escrito comentarios para Qué Pasa.

Paseo de la Valle.

Así se llama la avenida principal de un desarrollo residencial recién terminado en la lujosa zona de Del Mar, suburbio de San Diego, California. Paseo de la Valle, semejante error gramatical, rodeado de casas de mas de 2 millones de dólares, imperdonable.

Manejar en el sur de California te hace sentir como que no estás allí: la gran mayoría de los nombres de las calles y avenidas tienen nombres en español, y lo único que te hace dar cuenta de tu ubicación geográfica son letreros en la carretera 805, en la que se aprecian a un papá, una mamá y un hijo – claramente hispanos – cruzando la calle. ¡Qué barbaridad! Aquí no se preocupan de los venados; se preocupan de nuestros paisanos que se avientan el tiro de cruzar una carretera de 8 carriles, con tal de escapar de la migra y perderse entre los miles de hispanos que viven en esta ciudad fronteriza.

La gran mayoría de los habitantes de San Diego y sus alrededores son hispanos, y los americanos que coexisten con ellos están tan acostumbrados a esto que ya no se inmutan ante nada. Entre los miles de restaurantes de comida latina, (recomiendo los tacos de pescado en Rubios), los miles de trabajadores, el impacto económico, la arquitectura y el idioma, te harían dudar que San Diego sea una ciudad americana. Válgame hasta el nombre de su equipo de béisbol, está en español, ¡Los Padres de San Diego! ¿Cuando sucederá esto en las Carolinas? Es una buena pregunta. Yo creo que mis ojos jamás lo verán. Mientras siga existiendo el racismo y el odio esto no sucederá.

Mientras no reconozcan el verdadero impacto económico que representa la fuerza laboral hispana, esto no sucederá. Mientras no reconozcan que los trabajadores latinos han construido miles de casas en las que los americanos viven, esto no sucederá. Mientras no reconozcan que los Bobcats juegan en una arena construida por albañiles latinos, esto no sucederá. Mientras no reconozcan que la carretera 485 fue construida mayormente por manos latinas, esto no sucederá. Mientras no reconozcan que las bellas flores que engalanan las vías públicas fueron plantadas por jardineros latinos, esto no sucederá. Mientras no reconozcan que las licencias de manejo son necesarias para tener acceso a seguro en los modestos autos de los hispanos, esto no sucederá.

La lista es interminable, como me gustaría que esto cambiase, se que es un sueño guajiro, pero soñar no cuesta, y algún día veremos la calle Providencia, en vez de Providence. Las únicas calles con nombre en español en Charlotte, son la calle de Alexa en el sur de Charlotte – ¿será en honor de la Vilchez? ¿Quién sabe? Hay otra calle, Sandra, la última antes de cruzar hacia Carolina del Sur por la carretera 521. Y una última es la calle Pedro, que me imagino muchos tomaran el crédito, en la ciudad de Monroe. ¿Usted conoce alguna otra?

Me gustaría ver un Paseo de la Valle, así con todo y su error, juro que lo ignoro, pero no ignoraría lo que esto representaría para los latinos, ya que ver el letrero de una calle en español, significaría un adelanto tremendo, significaría que el sueño de una vida americana legal seria un hecho, y como dije antes soñar no cuesta, así que soñemos, soñemos en español, soñemos para algún día ser una mayoría. Una mayoría de legales y seguir dando a nuestros hijos una mejor vida.

Fotos: Associated Press, y AP via WashingtonPost.com

Etiquetas: ,