jueves, 2 de julio de 2009

Golpe en Honduras se siente en Charlotte


A continuación, la traducción de un comentario escrito por Tommy Tomlinson del Observer y publicado en la edición del jueves, 2 de julio. Para leer la versión en inglés, haga click aquí:

Jorge Medina habló con su cuñado el jueves pasado por la mañana. Están juntando comestibles y gasolina en Honduras, tal como lo harían para los huracanes. Este es uno hecho por el hombre.

Medina, de 47 años de edad, ha vivido en Charlotte desde 1991, cuando vino aquí como estudiante. Trabaja por la emisora Radio Líder y escribe por una revista; su esposa hace joyas y juntos venden comestibles naturales y productos de belleza.

“Esto es lo que me gusta de América”, dice él. “Aquí puedes abrir un negocio y tener la oportunidad de tener una casa y un carro y un trabajo”.

Esta semana, todas esas cosas se ven amenazadas en el país donde se crío.

El domingo por la mañana, los militares hondureños realizaron un golpe de estado y sacaron al presidente Manuel Zelaya. ¿Quiénes son los malos y quiénes son los buenos? Como la mayoría de los conflictos por el poder en el extranjero, es complicado.

Zelaya es el presidente elegido democráticamente. Pero… impulsaba un referéndum que podría haber extendido su mandato. Pero… el presidente interino está amenazando con arrestar a Zelaya si toca pie en su país. Pero… ahora que está fuera, ha solidificado sus vínculos con Raúl Castro de Cuba y Hugo Chávez de Venezuela.

Dado eso, ¿quieres un presidente aliado con los enemigos de Estados Unidos, o preferirías tener los militares en poder? Es el tipo de decisión que hace sudar a los diplomatas en sus esmóquines.

Hasta ahora el presidente Barack Obama ha reaccionado cautelosamente – ha llamado por el retorno de Zelaya a su puesto, pero no ha retirado al embajador estadounidense ni ha impuesto ninguna sanción.

La otra pregunta podría ser: ¿por qué debería importarte? Bueno, como asunto práctico, tenemos una base militar allí. Más allá de eso, hay 7,5 millones de seres humanos que merecen un gobierno libre y limpio. Y más allá de eso, algunos son familiares de algunos de nosotros.

Como Jorge Medina.

La madre y el tío de Medina todavía viven en Honduras. Así también una mayor parte de la familia de su esposa. El país comenzó a tener elecciones democráticas a principios de los años 80. Por eso el concepto de un golpe de estado por los militares resuena profundamente para los hondureños – especialmente ahora que se rumora por las calles que Chávez planea enviar tropas venezolanas para apoderarse del país.

“Tuvimos un gobierno militar por tanto tiempo”, dice Medina. “Han sido solamente 26, 28 años que podemos elegir nuestro propio presidente. Ahora creo que estamos volviendo a la misma historia, como lo fue en un principio”.

Medina dice que por lo que le ha dicho su familia, la mitad de Honduras apoya a Zelaya y la otra mitad apoya al presidente respaldado por los militares, Roberto Micheletti. Mientras tanto, la familia de Medina trata de navegar cada día.

Ahora hay un toque de queda, desde la medianoche hasta las 6 de la mañana. La electricidad se corta a diferentes horas. Las estaciones de televisión comenzaron a transmitir las noticias de nuevo – durante los primeros días del golpe, hubo música en vez de noticias.

“Probablemente tendré que enviar dinero a casa pronto”, dice Medina. “Es difícil saber que podemos hacer para ayudar. Todo está cerrado. Todo está parado”.

Por ahora, las líneas telefónicas están abiertas. Llama todos los días y espera por una llamada en la cual oye el miedo en las voces de sus familiares.

Eso no ha ocurrido todavía.


Fotos: Associated Press y archivos del Observer


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